26 de noviembre de 2013

LITTLE BASTARD

Del Poemario Little Bastard. 
Acá, completo: http://sdrv.ms/18ED1Qs


Vivirás en una tienda de raya
en un campo de concentración tan grande y sofisticado
que no creerás en su existencia pero nosotros
sí creeremos en tu fuerza de trabajo en el valor de tu alma;
y habrás de defender a muerte los hierros de la apariencia:
la Libertad desierta                                   la autenticidad de mercadeo
el deseo de stock.
Recibirás miserable un sueldo miserable
por duras y largas horas tormentosas horas de faena
y por voluntad te llenarás de interminables deudas
-el mundo es una tarjeta de crédito
con ocultos y violentos intereses demoledores-.
Contrataremos a vuestros familiares y amigos
en pretensiosas Compañías de Telemercadeo
a las mujeres con las que querrás acostarte
a quienes abandonen las ilusiones y no puedan con el fracaso
a todos ellos les enseñaremos a cobrarte a presionarte
con la ferocidad que utilizaría un capataz o un capo
y tarde o temprano tendrás que pagar con algo que sirva
para que los cerdos se ceben en las posibilidades de la opulencia
en la posesión de tu propia sangre “capacitada”
entrenada para exterminarlos paulatinamente o
“en caliente” si es necesario.
A diario serás adiestrado con la paciencia y la atención
que le tiene el pecado al hombre
con promesas vacuas y jactanciosas fantasías de voluntades
que sacian los más bajos deseos y enfermizos temores.
Así podrás entretener el vacío de una vida sin personalidad y sin destino.
Por eso llenas tu cabeza de mierda con todo tipo de drogas
a través de la ansiedad y la pornografía
con humor barato y vulgar con intelectuales asalariados
por los inversores del status quo
con estereotipos de hombres y mujeres que no serás nunca
porque has nacido a la sombra de un fenotipo desgraciado;
con imágenes de un estilo de vida para el cual no estás hecho
a causa de tus hábitos arraigados que te convierten en un objeto:
cómprate un auto o no eres nadie
hazte de una casa o no eres nadie
vete de vacaciones a recorrer los sitios no comerciales del país
los pueblos mágicos los recónditos espacios exóticos o no eres nadie
renta a la mejor puta o no eres nadie
vive y trátame como dice la mercadotecnia que
un hombre verdadero trata a sus mujeres o no eres nadie
pero no compras ni siquiera la necesidad de obtener las cosas
eres en realidad un consumidor de fantasías
todos ustedes
consumidores de apariencias
consumidores de ideales prefabricados
consumidores de remordimientos
desechadores compulsivos
deseosos de "personalizarlo todo" de tener en las manos
la peripecia que cambiaría vuestro destino
temerosos del presentimiento de su propio egoísmo
de su vanidad mediocre y acobardada.
Vuestra furia de perro acorralado
vuestras ansias de mono en celo
vuestra educación hecha para despreciarse.
Ustedes hijos de la negación hijos de la tolerancia
generaciones abortadas por los estándares
de la cultura global y la moda
que empeñan vuestra sangre a cambio de la promesa
de pertenecer a una realidad que ya ha sido entregada
a los descendientes que nacieron fornicándosela.
¡Qué clase de mundo es este si es un loco el que os dice
que deberíais avergonzaros! 

Antonio Mejía Ortiz/2013

4 de noviembre de 2013

Por: Antonio Mejía Ortiz
Del poemario RECURRENCIA
Completo en: http://sdrv.ms/1f925QQ


Del tabaco se trasmutan, a través del filtro,
las viejas edades. El polvo gris que en algún momento
fue humo de cigarro, elevándose curiosamente por el espacio.
La espalda reclinada en un quejido ahogado,
palpita la palabra, cada ladrillo de la casa:
sonido gutural y pintura gastada.
El eco se liberó justo en el proceso de la caída.
Sólo quedó ansiedad en los pies.
Un rumor en el estómago, un hueco dominante,
el insondable misterio que alimentó la voz
en el lugar de los condenados.
El temor de los arrepentidos me transporta
al presentimiento, a la mesa donde he bebido y vomitado,
a la posición exacta del beso: la sofocación de espacios
serenos y vacíos en la carne espinada y
la avaricia de la sangre.
Claro que aún me satisface la crónica, el recuerdo
y la retrospectiva.
Las propiedades psicológicas de la placenta,
de la leche materna que fue mamada por el necesitado;
el gusto adquirido por la inocencia en la sepultura
del sueño y la proporción bizarra.
Dedos morbosos en los labios, el sabor quemado,
la pasión, la urgencia vil que perdura en el cuerpo.
La sal: el paraíso perdido y la muerte.
La verdad y el principio trascendente se diluyen
en lo multiplicado. Al abrirse paso por las venas,
trozos de luz avivaron la demencia,
el hueso áspero y el fuego.

24 de julio de 2013

TAUROMAQUIA PARA ANTITAURINOS

Por: Antonio Mejía Ortiz

“Aquí has venido siguiendo el molde de tus connacionales que se largaban a París para hacer su educación sentimental. Por lo menos en España eso se aprende en el burdel y en los toros, coño.”
Rayuela. Cap. 13. Julio Cortázar

Primer tercio.
La Cultura, en el amplio sentido del término, es aborrecida por las feroces pretensiones totalitarias porque implica reconocimiento de la identidad y conciencia; reflexión crítica y responsabilidad. Quien comprende la vida como la posibilidad de expresar los más altos valores de la naturaleza humana, habrá de alcanzarlos hasta en los peores momentos de su historia personal. Frente a él, se manifiesta lo sagrado en dos acciones del más elevado nivel de sabiduría, sublimación y divinidad; el primero tiene que ver con el sacrificio; el segundo con la misericordia que se traduce como: perdón, compasión, amor. Sin embargo, quien se sirve de los más bajos valores del hombre para tratar de imponer una percepción distorsionada o una ideología arbitraria a toda acción humana, se justifica en formas de pensamiento y comportamiento masificadas, donde la identidad del individuo no se centra en las características del mismo, si no en lo externo: los objetos no son a través del hombre, más bien, el hombre es a través de los objetos que posee, del sentido superfluo de lo material. No se trata ya del “ser”, se trata del “parecer ser”, de acuerdo a un prototipo establecido con alevosía. La diferencia entre esto último y lo que sucede en la naturaleza, la encontramos en dos conceptos: uno, “la necesariedad”; y dos, la “predeterminación del carácter”, que siendo innato es infranqueable. La sociedad masificada se rige por la aspiración al deseo y la apariencia, desde aquello que no es necesario, pero se vuelve indispensable; y, desde aquello que reemplaza la historicidad del individuo por la visión maniquea y simplificada de una realidad social que se establece como norma, no inevitable, más bien incuestionable. En tanto, la naturaleza acontece necesariamente en la existencia y su unicidad absoluta es múltiple.

Las sociedades modernas están cautivas por urgencias intelectuales, emotivas y psicológicas ficticias, desechables, que obedecen a tópicos de moda pertenecientes a ideologías frívolas que establecen un “nuevo orden” de pequeños guetos normalizados a través del automatismo, el egoísmo, la supresión de la identidad por una promesa de personalización. Por el contrario, la esencia de la naturaleza es aceptación de la condición del ser, en tanto la sociedad masificada es negación de dicha condición. La sociedad del espectáculo o sociedad del marketing[1], necesita de una ideología no reflexiva que se base en el ambiguo terreno del panfleto moral y las demagogias sensibleras, para realizar juicios y condenar –sin derecho a réplica- en aras de la libertad, la igualdad y la fraternidad. Así los detentores del poder (quienes perversamente carecen de rostro), manipulan los placeres y condicionan todo tipo de deseo para implantar su “nuevo” orden, el cual será justificado por la “buena voluntad de las mayorías”. Lo anterior es lo que se encuentra detrás del discurso que intenta prohibir la Fiesta Brava, aun cuando la argumentación al respecto se ha banalizado hasta límites ridículos e intransigentes.

Siempre he pensado en la Tauromaquia como la lidia de las pasiones del hombre, como el performance en el cual acontece el agón entre la Hybris[2] y el Hombre, donde éste habrá de trascenderse a sí mismo y actualizar su conciencia o sucumbir en el anacronismo. Para comprenderlo es necesaria una mínima intuición acerca de lo sagrado y de los aspectos simbólicos propios del imaginario colectivo. Cuando hablo de lo “sagrado” me refiero a ello en dos sentidos: 1) El particular, como el espacio donde se lleva a cabo, sucede y trasciende lo espiritual y que necesariamente está influido por un estrato divino. 2) El general o secular, como el espacio en la mente del hombre donde sucede la reconfiguración de la realidad sensible y concreta de la existencia.

Así, la Fiesta brava es un acontecimiento simbólico de regeneración, reconfiguración y resignificación de energías. Cuando hablo de “energía” me refiero a los impulsos racionales, instintivos y químicos del ser humano, inscritos en un medio físico que lo lleva a decidir tal o cual cosa y no otra, en una circunstancia específica. Por lo mismo y como fiesta, aun cuando parezca desprovista de todo aspecto sagrado, se presenta como una súbita inmersión en lo informe, en la vida pura:

“El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. Somos un pueblo ritual. Y esta tendencia beneficia a nuestra imaginación tanto como a nuestra sensibilidad, siempre afinadas y despiertas. El arte de la fiesta, envilecido en casi todas partes, se conserva intacto entre nosotros […] Así pues, la fiesta no es solamente un exceso, un desperdicio ritual de los bienes penosamente acumulados durante el año; también es una revuelta, una súbita inmersión en lo informe, en la vida pura. A través de la fiesta la sociedad se libera de las normas que se ha impuesto. Se burla de sus dioses, de sus principios y de sus leyes: se niega a sí misma […] La fiesta es un regreso a un estado remoto o indiferenciado, prenatal o presocial, por decirlo así. Regreso que es también un comienzo, según quiere la dialéctica inherente a los hechos sociales […] La sociedad comulga consigo misma en la fiesta.”[3]
El sentido de comunión social en la Fiesta brava contiene un propósito didáctico al exponer la esencia inevitable de la existencia a través de una reconfiguración ritual de la vida; sin embargo en esta modernidad atea de desorientación cientificista y egoísmo antropocéntrico, esta reconfiguración la hallamos relegada a un recuerdo romántico o como ficción literaria; y en el peor de los casos, como tendencia pseudo-filosófica apoyada en percepciones esotéricas. La intuición acerca de lo sagrado y del ritual se ha conducido a fetiches sensibleros ofrecidos como vanguardias de supermercado: las formas occidentales del yoga, el taichí o el feng shui, etc.; la aplicación de la psicología como perversa deconstrucción del subconsciente para crear consumidores obedientes, por ejemplo. Este fetichismo proviene de una búsqueda inevitable de equilibrio espiritual, sin embargo, al anular todo aspecto metafísico cualquier ritual personal queda relegado a una mera materialidad del comportamiento, donde lo importante no es el tránsito interior que va del “sí mismo” del hombre hacia la realidad y de allí al universo, sino cómo los valores externos del hombre son afectados por la apariencia material de la realidad, ocasionando que el concepto de desprendimiento sea despreciado por una relación de intereses. La concepción oriental de la realidad no puede adquirirse en un curso de dos años en la casa de cultura de la comunidad y dicha concepción no puede separarse del medio que la originó; cuando ésta se traslada lleva consigo su cosmovisión. Lo que sí puede hacerse es encontrar correspondencia y retroalimentación entre culturas, pero si tenemos en cuenta que la visión de mundo en occidente ha sido paulatinamente orillada hacia un pensamiento positivista voraz, aquellas diferentes formas de conceptualizar la relación con la existencia, traídas de los pueblos “exóticos” que desde siempre han sido tratados como colonias, no pasarán de ser fetiches esotéricos para intelectuales burgueses.

El problema no es, en todo caso, la tendencia humana hacia la noción de lo sagrado y su posterior expresión ritual, sino la manipulación del sentido de acuerdo a los intereses personales. La Fiesta brava es un ritual simbólico, donde la experiencia de la vida se manifiesta en toda su dimensión. Como dice Albert Boadella: “En el ruedo, en la plaza de toros suceden casi todas esas cosas, esenciales, que suceden en la vida. Uno ve en directo el miedo, el pavor, la muerte, la astucia, la inteligencia, la sangre, el arte, el buen gusto, el mal gusto, etc., es decir, todos los elementos esenciales que existen en la vida están allí y en forma real…”[4] La corrida de toros es una metáfora, una enseñanza ética que propone al público reflexionar sobre aspectos esenciales de la vida y el arte. En la figura del toro se concentra el símbolo del sacrificio, como sucede con los héroes míticos, la diferencia es que mientras estos últimos suceden en el imaginario colectivo, en las corridas de toros confluye el universo mítico y el mundo del tiempo o “mundo de la vida”.

El apego del hombre contemporáneo a la vida como posesión material no proviene de la comprensión instintiva de la existencia, proviene del terror que ocasiona el desconocimiento de lo trascendental, de esa parte de la existencia que le sucede al plano físico. El hombre “moderno” se niega a cualquier forma de desprendimiento, de reconocimiento, de catarsis. Hay una suerte de fijación por retribuciones inmediatas de pasiones fútiles y placeres superfluos. Así, cuando la propuesta es enfrentarse a un trance agónico, la respuesta negativa es inmediata y furibunda, como sucede con un niño encaprichado. Los conceptos se mezclan y distorsionan, pierden peso y nada es tan significativo como para suprimir el ego; situación que pone distancia entre el sacrificio y el altruismo pequeño burgués. El antitaurino menosprecia al animal colocándolo en una categoría humana de índole inferior, como hacen los “buenos” colonizadores con los colonizados. A través de su apego material-cosificador y despectivo, sobrevaloran lo moral para defender a ultranza causas en las que no creen sino que consideran que es su deber defender. Su finalidad es ayudar para enaltecerse a sí mismo, venerar para venerarse a sí mismos a través de una sublimación auto-inducida de la propia “calidad moral”; y al considerar que resguardan los más altos valores de la naturaleza se olvidan de las condiciones que rodean el hecho y lo conducen todo hacia un morboso alarmismo, reduciendo la dimensión del acontecimiento a una sensiblería melodramática. Los grupos antitaurinos parecen más interesados en crear víctimas y tiranos, que en solucionar los problemas de relación y comunicación del amplio medio social egoísta, infantilizado y utilitario. 

Ver completo en:


[1] N. A.: En un sentido general, se puede entender como el resultado de la propaganda que a través de un desquiciado e inmoral adiestramiento subconsciente por parte del Estado o las corporaciones internacionales, promueven el ateísmo, el cientificismo, el egoísmo antropocéntrico y el fetichismo esotérico, para generar un grupo masificado y al mismo tiempo individualista; sensiblero y materialista, de consumidores ignorantes, voraces y obedientes.
[2] La Hibris (en griego antiguo ὕβρις hýbris) es un concepto griego que puede traducirse como 'desmesura'. No hace referencia a un impulso irracional y desequilibrado, sino a un intento de transgresión de los límites impuestos por los dioses a los hombres mortales y terrenales.
[3] Octavio Paz, El laberinto de la soledad. Ediciones Cuadernos Americanos, México, 1950.
[4] Albert Boadella, Intereconomía tv. Doce mujeres sin piedad (youtube.com/watch?v=gzMfBta20vo04/05/2012)

13 de julio de 2013

DISOCIAR

El siguiente poema lo escribió un amigo para alguna de las noches de tragos y cigarrillos. Lo comparto con su autorización porque considero que es bastante bueno.

DISOCIAR

La parte vital para atenuar la conciencia de la vida
recibe un baño de cinismo nocturno,
nubla el pensamiento periférico
y exige una asociación reflexiva.

Empapado, los sentidos acallan ante la oscuridad
que germina donde nace el grito.

Ligereza amorfa toma mi cuerpo,
comparto las restricciones infinitas de la habitación,
inanimado e incontenible,
la parte vital para atenuar la conciencia de la vida,
recibe un baño de cinismo matutino...

César González Vargas

4 de junio de 2013

RECONSTRUCCIÓN

Para: G.R.B.

Voy a comenzar un viaje a través de las inmortales
extensiones del universo que tendría sentido y únicamente
sería auténtico si tú vienes conmigo pero
pasa el tiempo y se nos acaba y no habrá manera
de volver cuando te vayas aunque siempre resguardo
un cigarro al final del día para esperarte y un gramo de
esperanza sin importar que éste sea como un mensajero
del ánima que en las noches asfixiadas me recuerda
que te pierdo al dejarme seducir por la desesperanza
porque debo mantenerme a flote por muy hombre solo que me sienta
y también porque soy hombre así me duelo a solas y en silencio
sin ningún derecho a derrumbarme por el contrario estoy
obligado a continuar a pensar que habrá un mañana
después del día siguiente en que pueda encontrarte
para que sucedan las risas la mujer y la magia
para que suceda y dure la pasión en tu nombre
cada mañana como voluntad agónica necesaria inmarcesible
porque aún cuando hiera no estoy realmente solo todavía
te me revelas en el comienzo y en el final
en el amor y la despedida y me pregunto
 si te conozco si ya te conocía si la realidad se abrirá para
incrustar un espacio en el que podamos seguirnos descifrando
en esta reconstrucción del proceso y la búsqueda
del mito sublime del eros entre dos desconocidos que se saben
y aunque me quede completamente abandonado indefenso
desarmado cuando se vayan las risas
cuando desaparezca la magia y no sea más que un viejo triste
y con toda razón me abandones porque la vida siempre
habrá de llamarte como a todo lo que está lleno de gracia
te seguiré amando hasta que explote la liturgia de las horas
y sabré entonces que fuiste lo mejor que hice con el tiempo
que tuve en mis manos y quedaré en paz con el mundo

Antonio Mejía Ortiz, 2013 

29 de mayo de 2013

GRBG

Para G.

Veo tu cuerpo iluminado por un viento púrpura
que aparece doblegando la saña y el cansancio
de esta realidad vieja y encorvada
la desesperación sin sentido ahora es cuenta
de verbos en tiempo futuro
hasta el día en que vuelvo a verte
ya no hay sombras en mis manos
toda maldad ha desaparecido
virgen pitonisa diosa pagana del oráculo
del sueño primero
que con una mirada me has reconstituido
veo tu cintura hecha de atemporalidad y
cómo tu boca es origen de todos los espacios
que esta masculinidad lacerada ha recorrido
me niego a la condena de no ser más que anécdota
en el devenir de tu noviazgo con las esencias sagradas
de la vida que son tú misma
no quiero renacer en la gloria sino despertar en ti
con el alma avivada realizada levantada
por sobre el punto más alto en la nota del firmamento
quiero que hagas voluntariosa esta mortalidad
de animal en cautiverio
que conduzcas este primer instinto bruto de mi sangre
a la transgresión y la trascendencia
arrójame sumérgeme a la insondable herida que es
la existencia y no sólo al dolor escondido que se aferra
a tu voluntad erótica
que me desgasta en esta inmovilidad del corazón
que únicamente es carne y tejido y virtualidad del lenguaje
pero no acontecimiento del amor que tengo desde siempre
he tenido retoñando sobreviviendo esperando
tu aparición y la potencia de tu humor cósmico de hembra
sobre las cenizas de mi cuerpo que junto con tu sangre
serán principio y causa de todas partículas
materiales y místicas que totalizan este sentimiento
que tiene eco y resuena en el primer nervio de mis
generaciones y en el último latido de mis hijos
dime qué debería hacer para arrancarte de las fatales
determinaciones de una historia sin mitos personales
qué hago con esta desgracia del desterrado que se encuentra
de pronto desposeído de su destino como yo estoy
desposeído de tus labios
cómo puedo seguir en esta tortura de conocer la dimensión
infinita del éxtasis del tiempo y no tropezarme con
un instante para decirte que cuando me halle en
los límites de tu memoria y no tenga ni siquiera
la esperanza de verte pasar a la distancia
volverá el sin sentido volverá la muerte
y no habrá infierno suficiente
y tampoco Dios absoluto que pueda liberarme

de la conciencia de aquello que no he sido.

Antonio Mejía Ortiz, 2013

22 de abril de 2013

MI PARTICIPACIÓN EN EL CUARTO CONCURSO DE CRÍTICA TEATRAL DE LA UNAM: "CRITICÓN"

Hace varios meses entré al concurso de críticas teatrales "CRITICÓN", que organiza la UNAM a través de la Dirección General de Teatro Universitario, en el ciclo en honor a A. Chejov. Fui a ver "Afterplay", Dirigida por Ignacio Escárcega y me pareció tan genial como menospreciada. Entré al concurso para tratar de reivindicar (aunque en realidad no lo necesita, pues un buen trabajo acontece dignamente por siempre) esta escenificación y para intentar, una vez más, ganar algo. Aunque debí suponer (de hecho, creo que lo suponía), que no tenía ninguna "chance", dados los Directores, las cuestiones extra-teatrales y mi necedad de no complacer a quienes tienen el "sartén por el mango", colocando mis tesis personales acerca del oficio teatral que, por lo visto, en estos tiempos de negar toda esencia teatral, no son populares. Aceptando mi derrota, pero no satisfecho, quise ver qué trabajos y por qué habían salido vencedores, sin embargo los malos presentimientos se fueron haciendo realidades, primero porque las críticas ganadoras versaron sobre la obra dirigida por David Olguín, hijo consentido del CUT; y segundo, porque al leer la crítica ganadora y la que recibió Mención honorífica, me quedó la impresión de que no pasan de una lectura superficial que no aporta algo determinante que nos diga por qué específicamente esta escenificación es relevante e imprescindible. Como yo puedo "decir misa" y seguir creyendo (como todos) que mi trabajo es el mejor e injustificadamente relegado, les dejo un documento integrado por la crítica ganadora, la que recibió Mención honorífica y finalmente, mi crítica, con el objetivo de ponerlos a consideración de todo aquel, dedicado o no al teatro, que tenga la curiosidad, el morbo o el interés de leer y opinar, para darme perspectiva. Sus comentarios son bienvenidos. Atentamente: Antonio Mejía Ortiz. México 2013

VER EN: 
https://docs.google.com/file/d/0B904TvvGuLBfeElMMDRnbmR4OGM/edit?usp=sharing

8 de abril de 2013

LOS DÍAS

Los días sin verte me han revelado
tu rostro limpio de cualquier liviandad
subliminal que mi ansiedad
hubiera podido acumular sin darme cuenta
El tiempo me ha traído a ti
a la gracia de tus gestos
al estallido de emoción que es como
un día de fiesta sagrado
cuando nuestros ojos se tocan de soslayo
esperando que luego
ambos reconstruyamos en calma las miradas.
Como si todo esto lo hubiera previsto
y tuviera el tumbo de la historia en mis manos
el "ahora" se abre y abarca todas mis edades.
La vida ya no me enferma y mi ceguera cede
al reflejo del universo en cada cosa.
Tu imagen no es catástrofe ni locura
es en cambio
una mano tierna en la mejilla durante los días aciagos
cuando parece que nadie me recuerda
en esta historia de magia y falsos enamorados.
Eres un cuerpo transparente hecho de tristeza
que sonríe en el éxtasis del tiempo
y así reconstruye cada fibra y cada vena
que vibra en la frecuencia de una corazonada.
Y después de todo me he puesto triste
mientras escribo esto
como si no fuera suficiente saberlo
como si me fuera extraña y definitiva
la suerte
la herida
y la distancia.

Antonio Mejía O. 2013

TEATRO: EL ESPACIO LIMINAL DONDE CONVERGEN LOS TRES GRANDES GÉNEROS


Hace algunas semanas, apropósito de la presentación del libro Hacia una teoría dramática de María Serguieievna Kurguinian, traducido al español por el Dr. Armando Partida Tayzan,  escuché al Profesor Germán Castillo (quien era uno de los presentadores) equiparar el teatro posmoderno con la poesía, en especial las puestas en escena de directores mexicanos contemporáneos; basándose en lo expuesto por la autora en el prólogo del libro acerca de que las fluctuaciones en las tendencias de los creadores del teatro a través de la historia tenían que ver con la versatilidad de posibilidades que tiene por naturaleza el género dramático, ya que es punto limítrofe entre los otros dos grandes géneros: la épica y la lírica. Así, mientras unas tendencias o estilos se inclinan más hacia la épica, como el teatro clásico que se sirve de la poesía para crear discursos narrativos; otras tienden más hacia la lírica, como en el teatro llamado posmoderno, que se sirve de la narrativa para generar discursos poéticos. Sin embargo, el teatro no es una cosa ni otra, es precisamente aquello que resulta en el espacio liminal que hay entre ambos géneros de los cuales se sirve. De allí que en el teatro se genere un acontecimiento vívido, es decir, una experiencia real, verídica incluso histórica, a través de un discurso simbólico, pues como sucede en la vida, no todo es abstracción y no todo es concreción, y a pesar de ello, ambas suceden al mismo tiempo en la experiencia existencial del individuo. De allí también que, de vez en vez, surjan tendencias como la “Narraturgia”, muy de moda en la escena mexicana. Esto no quiere decir, o por lo menos no necesariamente, que se rompan los paradigmas del arte teatral o que se haya encontrado una forma nueva y revolucionaria del arte dramático, ya que por un lado, las vanguardias y reconfiguraciones del teatro, desde mi punto de vista, sólo se pueden encontrar sobre las necesariedades de la escena, es decir, haciendo teatro; y por otro lado, tendencias como la “Narraturgia” son estilos propios de una generación que por los accidentes históricos, se hayan más relacionados con una parte de aquello que conforma el acontecimiento dramático y que hemos mencionado antes: la épica o la lírica
Cierto sector (me cuento entre ellos) no está convencido de que se deban “quemar las naves del drama” a causa de experimentos escénicos y dramatúrgicos que intentan desaparecer o, por lo menos, romper las figuras tradicionales de la tríada dramaturgo-director-actor, para hacer una serie de mezclas especificistas y vanguardistas, que nieguen cualquier lazo con la tradición teatral. Esto porque en realidad no se trata de una verdadera revolución del pensamiento escénico, sino, más bien, de una tendencia de algunos dramaturgos que en congruencia con su realidad y su percepción, hayan en esta estructura particular una manera más orgánica, propia o íntima de expresar su relación con el mundo, dado que su trato con las estructuras tradicionales ya no les es significativa. No digo con esto que estas tendencias deban rechazarse o no tomarse en cuenta, digo que no debemos estar desesperados por encontrar la autenticidad donde no la hay; y digo que estilos como la “Narraturgia”, deben asimilarse pero tomándolos como lo que son: una de las distintas expresiones del acontecimiento teatral.
Al respecto, el Profesor Germán Castillo en su participación mencionó que quien no está envuelto o familiarizado con lo poético, no puede entender el arte posmoderno, el teatro posmoderno y esta aseveración, desde mi punto de vista, no es del todo correcta: por una parte es cierto que el arte, sobre todo la poesía, es un gusto adquirido en base a la experiencia sensible de cada individuo; y también en que la tendencia contemporánea en el teatro se inclina hacia la lírica, aunque irónicamente se sirve de la narrativa para lograrlo. Así, alguien que ha sido educado en valores superfluos y vulgares, difícilmente encontrará algo significativo en la poesía, porque no tiene relación alguna con ella. Dicha opinión justifica las ocurrencias, por decir lo menos, de directores con poca responsabilidad pero con muchas ganas de ser auténticos. Por otro lado, sin embargo, no deja de ser una afirmación un tanto excluyente, ya que artes como el teatro tienen como fin principal conmover al espectador sirviéndose de, por ejemplo, la poesía. Aunque es verdad que se aprende como todo en la vida a presenciar el teatro, una escenificación que no llega a las fibras sensibles del espectador, cualquiera que se su procedencia, es un intento fallido, porque el Teatro, mucho más que otras artes, se trata de la experiencia de un acontecimiento que debe golpear el estómago, subir para latir con el corazón y seguir subiendo para hacerse idea en la mente y no al revés. De esta forma, las ocurrencias que vemos en los escenarios mexicanos, sobre todo alternativos, intentan justificar su ineficacia y su falta de empatía para con el espectador culpando a éste, intelectualizándolo todo y escudándose en la aparente exclusividad de lo poético; de lo que resulta que únicamente  un pequeño grupo de elegidos por azar o destino, tiene derecho a deleitarse en las mieles del arte y donde las masas están negadas por el accidente de no haber nacido en un momento y lugar adecuados. Esto es absurdo aun cuando es parcialmente verídico.
El Profesor Germán Castillo intentaba quitar, desmentir o por lo menos suavizar el prejuicio  que recae sobre los creadores teatrales autoproclamados “posmodernos” y esto es convertirse en abogado del diablo, como sabemos. Y aunque en el sentido teórico de la construcción del drama, su punto de vista acerca de que las obras posmodernas, en este caso narratúrgicas, aún sin contarnos una historia siguen diciéndonos algo (tema que requiere de amplias discusiones), es interesante y tan necesario como digno de pensarse y repensarse, los artistas posmodernos de la negación en la escena mexicana, no pueden seguir cobijándose tras el discurso de la subjetividad poética, ya que incluso la poesía, por más intuitiva que parezca, tiene una estructura, una forma lógica, un sentido, una técnica clara y además de todo, las virtudes y pesares de un oficio. Si bien generalmente no cuenta historias, si nos dice algo, se manifiesta acerca de una experiencia o percepción de la realidad del Ser, es decir, aunque no es su sentido primario, tiene una postura e intenta sustentarla. El problema no son las obras posmodernas ni las tendencias que intentan descubrir “el hilo negro” como la Narraturgia, ya que obras en este sentido las hay y muy buenas (baste mencionar a Heiner Müller); el problema en primera instancia es la ignorancia, el snobismo y falta de criterio de la burocracia cultural del país; y segunda instancia, son ciertos autores y directores mexicanos que aprovechan las ambigüedades de ciertos conceptos, la falta de formación del espectador y la facilidad con que reciben presupuestos incondicionales, para realizar montajes absurdos, carentes de imaginación, intelectualoides que irremediablemente caen en lo que en teatro se conoce como ilustrar la escena, en el melodrama y finalmente en la carencia de contenido estético; montajes que justifican con la idea de que si el público no encuentra conexión o sentido, es culpa del público.
Los llenos en teatros que presentan musicales y obras de corte tradicional son la clara muestra de que el problema no es la procedencia del espectador. Y esto no resulta de la ignorancia del pueblo mexicano o del espectador mexicano, ya que si hablamos de sensibilidad estética y emotiva, son más ignorantes a veces quienes asisten a los festivales de teatro donde se presentan mamarrachadas financiadas por el FONCA, que aquellos espectadores que abarrotan ”El Blanquita” para ver a Carmen Salinas. Y sobre todo porque una de las funciones del artista que no está al margen de los acontecimientos de su realidad histórica, es educar a la sociedad o en el peor de los casos compadecerla, pero nunca negarla.
Aunque pienso que el Profesor Germán Castillo tiene razón respecto al CÓMO, es decir, al mecanismo de las tendencias contemporáneas del teatro, creo que se equivoca en el POR QUÉ.
1)      Lo poético se encuentra, a veces más y a veces menos, en todas las artes sean figurativas o no; decir que Edipo de Sófocles, o Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams (hablo del texto dramático no de la representación), es menos poético que Antes/Después de  Roland Schimmelpfennig, sería una torpe aseveración. La poesía es universal y su libertad es vasta, pero los parámetros de su estructura lógica están bien delimitados, de allí que intentonas como la “escritura automática” de los surrealistas nunca funcionó realmente.
2)      La poesía es difícil de abordar, sobre todo en su mecanismo interno, sin embargo, su esencia es fácil de aprehender, ya que trata de la naturaleza humana y como tal, el espectador, sea cual sea su procedencia, se identifica en su emoción, en su intención y en su sentido, como acto significativo natural. El espectador, instintivamente puede intuir, dada su comprensión innata de lo sublime, la diferencia entre una idea cursi, un lugar común, un planteamiento o actitud pretensiosa y un acto poético, es decir, un acontecimiento de la Verdad.
Vuelvo sobre la idea de que la primera función del arte es conmover, generando así, empatía o antipatía que habrá de transgredir la naturaleza humana a través de un proceso catártico de sublimación o destrucción, que va en dos sentidos: el personal y el universal.
Considero que hay que explorar las tendencias contemporáneas de la escena mundial y nacional, pero asimismo, hay que volver sobre los clásicos, para determinar en unos tanto en otros, quienes realmente nos dicen algo y desde dónde; para determinar también, quienes han sido rebasados por las pretensiones, por el tiempo o por la existencia. Y con todo habría que comprender que el teatro como la vida, es un acto de complementación y necesariedad.

SOBRE EL ACTOR



A las personas no nos gusta “hacer”, en el sentido de crear, es decir, que las personas hacemos pero nunca o muy pocas veces con la intención de crear, entonces el fin primordial se convierte en un daño colateral. Esto porque no nos gusta salir del estado de “confort” en que nos encontramos, entendido como el estado de mediocridad donde la responsabilidad mía que como individuo es sólo mía y de nadie más, queda minimizada u omitida. Por eso nos agrada el melodrama, los apasionamientos, los pulsos más voraces y primarios, los arrebatos no como impulso catártico donde confluyen las circunstancias, sino válvula de escape que cada cierto tiempo libera las energías esenciales de la transformación. Por eso nos gusta la agresión consuetudinaria y no la transgresión definitiva; porque, como el perro humanizado y hambriento, no quieren ceder aun cuando el manjar de la gloria se abra frente a sus ojos. Y nos cebamos en esas emociones vulgares porque allí nada está comprometido, por eso funciona la pornografía, por eso funciona el pensamiento esotérico y los talk shows, las telenovelas, el sentimentalismo de cartón, de novela rosa o de revista del corazón y el chiste de excusado; así como el arte sofisticado, intelectualizado y estilizado de Starbucks, porque nos atemoriza arriesgar algo y porque nos han educado para la acumulación efímera como la hormiga, para obedecer haciendo gracias como los perros y para ser utilizados absolutamente como a vacas a cambio de un aplauso, por eso estamos ávidos de aplausos.
Sin embargo no nos educaron para transformarnos, para estar dispuestos a modificar las circunstancias. Así nada es distinto y no queremos que nada cambie, ni siquiera porque realmente nos complazca la forma en que vivimos, sino porque nos falta valor para ser distintos, francos y aceptar todo lo jodido que estamos, lo despojados que hemos sido, lo solos, desarraigados y desposeídos que nos encontramos. El trabajo de fondo, la transgresión, la conciencia, están eliminadas de nuestra perspectiva de vida.
Lo mismo sucede con los actores en México, que están ávidos del aplauso, del mote de “Actor”, de los reflectores, en general, de todo aquello que circunda pero que no es la “Escena”. Así, se pierde el sentido social y humanístico del teatro y se convierte en un fetiche más de esta época de exhibicionismos superfluos. Los actores se llenan de proyectos atiborrados de parafernalias sentimentaloides o intelectualoides, para ser aplaudidos y convertirse en mercenarios del arte, negándose a toda exploración concreta de la naturaleza humana. “Abandonad toda esperanza” dice a las puertas del Infierno en La Divina Comedia de Dante y asimismo en el arte como específicamente en el Teatro, sólo entrando allí y aceptando la inevitable Verdad, es como se puede alcanzar el espacio sagrado de la “escena”.

6 de febrero de 2013

NOCTURNO

Oculto en la intranquila oscuridad del sueño,
perturbado por visiones alcohólicas y vértigos primitivos;
con la semilla del sexo aún palpitando en un cuerpo inerte
que se descompone de no contenerse en sí mismo;
veo el letargo de las horas y la necesidad viene a mí
como un tumbo y no como una idea.
Vienen los muertos,
el dolor comprimido del amor arrebatado
impunemente por el Dios absoluto.
Y así es como la tentación se acerca
con dedos que mecen el ánimo
lejos del temor y cerca de la vida;
cuando la fiebre de la culpa es un caldo negro
rico en remordimientos.
Despertaré al día y al cansancio
vendrá el silencio 
y la oración postergada quedará inconclusa.
La angustia nocturna habrá de esperarme
con la paciencia que el pecado le tiene al hombre.

Antonio Mejía O. / México 2013

CARTA DE NAVIDAD ANTES DEL FIN DEL MUNDO


Para: S. B.

Eras un barato y diminuto vestido blanco
bailando libremente como ocurrió siempre
tenías sobre la piel un resplandor rojizo
que aún me sofoca al recordarlo.
En verdad que te sentaba bien ser “cool” y también mentir.
En verdad te sentaba bien ser Dios.
Y yo que además de la curiosidad y la velocidad del deseo
no tenía nada
que estaba seguro de no esperar nada
comprendí que a partir de entonces mi signo sería la espera
y que nunca más volvería a ser uno conmigo mismo
porque duraría en el vacío de una esperanza inmarcesible
como les sucede a los personajes de las tragedias
después de la catarsis.
Estaba cifrada mi derrota cuando tus dedos alcanzaron
mis manos en un camión que recorría la ciudad
al anochecer para llevarnos de regreso a casa
en las honduras de un corredor abatido a fuerza de impaciencia
donde no tuve el coraje de conducirte a tu cama
para besarte hasta que se congelara la última
molécula del universo.
Debí acariciar la idea de tu sexo en mi conciencia
en lugar de borrarla de tu cuerpo.
Te ofrecí mi borrachera estúpida e inconsciente
y la tomaste para darle asilo en el espacio perverso de la ternura
porque nunca te importó que estuviera perdido de verás.
Corríamos por las calles después de clases
con todas la tonterías que decíamos sobre la vida
entre la multitud de una fiesta con esos gestos
graciosos en tu cara y esa mirada tuya sobre la mía.
Tu risa abierta y la densidad de tus lágrimas vencidas
cayeron de cualquier modo en las trampas de una realidad
victoriosa para la que te educaron
con todo y sus clichés melodramáticos.
Aunque habría que reconocer que el mundo recompensó
tu esfuerzo de seguir al mundo
mientras yo continué cayendo sólo cayendo a través
del pensamiento de siervo que fue mi cuna
preguntándome ¿Por qué el beso que diste no fue mío?
Ahora lo sé que las mujeres pueden empeñar la vida
por una fantasía y sin embargo nunca entregar el alma:
en ti el amor era fe pero no certeza.
No es fácil distraer al deseo pero esto sólo tú lo sabes
ahora estás segura has domesticado tus miedos.
Nuca más seremos adolescentes unos sobre otros
en el piso de una casa ajena atardecida por secretos de voz perfecta
por humo de cigarro y botellas vacías
dejando entrar las sombras por la puerta abierta del arrebato
permaneciendo en la apariencia de una juventud
con la que esperábamos satisfacer al destino.
Tu mirada era respiración agitación y letargo brevedad de tu cintura
Cada rostro y tacto cada gota de sudor adormecida en la
naturaleza relativa de un tiempo resignado a la indiferencia.
Es irónico que los más bellos momentos sean también tristes
que tuvieras compasión por el desprecio que sentía por mí mismo.
Rota cualquier promesa tú has cambiado aunque
la historia sigue siendo una voluntad sin sangre.
Afuera sopla el viento con furia y debajo de la cama
esperan las bestias devoradoras de sueños
que únicamente se revelan a las cuatro de la mañana
cuando está por desvanecerse la tenue luz de la memoria.
Feliz navidad
amor mío.

Atentamente
Antonio Mejía O. /México 2013

UN BREVE Y MORTAL SUEÑO

Novelas para el fin del mundo UN BREVE Y MORTAL SUEÑO (Antonio Mejía Ortiz, México 2019), nos conduce a un viaje a través del alma y la men...