20 de junio de 2012

La campaña del terror de JVM y el PAN


Es increíble que muchos mexicanos se crean la campaña de terror en contra de AMLO, impulsada por JVM, el PAN y Televisa, principalmente o superficialmente. Hablan de él  como si hubiera indicios reales o verificables, que no sean chismes o acusaciones, del comportamiento que le imputan, porque si de eso se trata, yo puedo decir que JVM ejerce la prostitución, porque entonces no importa si tengo o no pruebas de ello, lo que importa es que tan mal queda el acusado frente a la sociedad y si la sociedad o el "populacho" se lo cree. Antes de seguir, quiero decir que esta práctica no es nueva, el desprestigio se practica desde la Antigua Roma, pasando por las trece colonias en E.U. (Es más, ha sido una estrategia a través de la historia de este país) el Nazismo, el Comunismo stalinista y maoísta, los regímenes socialistas de los países balcánicos y en fin, por todos los regímenes que intentan a toda costa mantener el poder, pero quieren ser catalogado como demócratas o libertarios. Hay que leer un par de libros de historia para darse cuenta de esto, pero sobre todo se necesita ser un tanto perspicaz.

Así las cosas, basta que se diga que AMLO en un peligro para México, como para que, mágicamente, así sea. Hablan como si en la historia contemporánea del país, se hubieran vivido dictaduras reales, como si hubiera documentos que ligan al candidato con una conspiración. Irónicamente, acusan a AMLO de creer en conspiraciones fantasiosas pero ellos construyen una tras otra impunemente. En 2006 fue AMLO; al inicio de esta campaña electoral, el peligro para México era EPN, ahora de nuevo es AMLO, al punto de compararlo con Stalin, Castro y Hugo Chávez (nada más les faltó Hitler), es cosa de locos. Su aberración porque AMLO llegue a la presidencia ha tocado puntos enfermizos y me refiero a enfermar al pueblo, ignorante y necesitado, de miedo; tal parece, repito, tal parece (aparenta ser), que aquello que dice AMLO es verdad, aunque ahora suena exagerado. No es que esté a favor de unos y en contra de otros, pero es deleznable infundir el terror de manera tan irresponsable (Creo que no han visto Canoa de Cazals). Si esto mismo sucediera en un matrimonio, en un hogar o una institución, varias organizaciones hubieran entrado en "defensa de la verdad y la legalidad", empezando por Sicilia. De cualquier forma, si tenemos el valor para defender lo que consideramos como verdad o legalidad o libertad, lo haríamos desde cualquier espacio y no necesariamente desde la presidencia y sin la necesidad de propagar el terror, la calumnia y el chisme.

Quien tiene la verdad no necesita de la mentira. Sin embargo, cuando la situación les conviene, entonces aquel que antes tacharon de "anticristo", ahora es digno de ser escuchado y no se trata de si es coherente lo que dice o no, se trata de quién determina lo que es  verdad y lo que es mentira y en este caso quienes lo hacen son JVM, el PAN y Televisa. Y quienes lo creen, son los mexicanos. Ayer en el debate de los chicos de #yosoy132, JVM cuestiona con su "alta calidad moral" (al menos la que los “mexinacos” le han otorgado gratuitamente) a AMLO, sobre los monopolios, claramente aludiendo a las intenciones de Televisa sobre la telefonía y en contra de Slim. En cuanto AMLO dice que deben eliminarse los monopolios al parejo, para Televisa es una “victoria moral” sobre Slim y entonces la voz de AMLO debe tomarse en cuenta, tanto que lo repiten en todos los noticieros a todas horas. Ahora el peligro para México no es el candidato, es Slim.

Mueven la sintonía del terror y el blanco de sus ataques cuándo y a dónde se les antoja. La insistencia del "respeto a los resultados del IFE" hasta por parte del Presidente es preocupante porque no están pensando en lo que podría hacer AMLO si pierde, su capacidad ya se probó en 2006 y la respuesta de la sociedad fue la misma: mediocre y temerosa. Cuando por menos y con menos razón en otras partes del mundo la sociedad toma las calles e instituciones hasta la revuelta, en México las personas tienen un terrible miedo de perder las migajas que difícilmente han conseguido, cosa que tiene que ver con la mentalidad de "siervos" que tenemos, como lo dijo Octavio Paz en el Laberinto de la soledad. Pero cuando los “maestros” del CNTE desestabilizan al país, amedrentan, imponen y amenazan, nadie dice nada, es más, se banaliza el hecho. El gobierno y las instituciones demuestran su incapacidad y su fragilidad, su corrupción. Cosa que se logra ocultar con un lugar común o con leitmotiv épico, como lo fue la “guerra contra el narcotráfico” para FCH y es el “feminismo bastardo” para JVM. 

Lo que se decide en estas elecciones no es la estabilidad del país, ni siquiera la legalidad y mucho menos el rumbo de la nación. Lo que se decide es aquello que está detrás de la exigencia de “democratización de los medios”: si los mexicanos seguimos siendo un pueblo aterrorizado, servil y mediocre o por fin damos el salto a la mayoría de edad. Esto no quiere decir que se vote irresponsablemente por AMLO, quiere decir que seamos responsables y tengamos valentía para defender lo justo y lo adecuado, para exigir a las instituciones, al presidente a los políticos todos, independientemente de quien gobierne, pero sobre todo a nosotros mismos, un actuar congruente y comprometido, sin caer en fanatismos ni panfletarismos.

5 de junio de 2012

54 entrega de los Premios Ariel 2012. (Casa de herrero, azadón de palo)


Me encontraba un tanto aburrido esperando que dieran las 11:30 pm., para ver uno de mis programas favoritos: Toros y Toreros, conducido por Don Luis Téllez. Pasaba de un canal a otro de la TV abierta que, dicho sea de paso, en México es una tremenda porquería (no he visto la televisión en otros países), cuando me encontré en canal 22 con la transmisión o retransmisión (no me quedó claro), de la premiación de los Arieles, sucedida el pasado sábado. Sabedor de cómo se las gastan en nuestro querido país respecto al arte y de cómo parece ser (sólo parece), que si es verdad que todos llevamos un naco adentro, porque todo lo dirigen hacia allá, incluso los eventos de mayor respeto y solemnidad; pues decidí quedarme a verlos por curiosidad, no por interés. Entonces me encuentro algunas cosas que han perseguido a la industria(?) cinematográfica mexicana desde que murieron los que sí sabían de cine, por ahí de los cincuentas:

1.- Pobreza absoluta; pero no debida a la falta de presupuesto, pues cada año se gastan millones de pesos en proyectos en cine, teatro, literatura, danza, etc., que a nadie le interesan, ni siquiera a los creadores de tales proyectos. No, esta pobreza es imaginativa, creativa, emotiva, intuitiva e intelectual. Ver los Arieles fue como asistir a la ceremonia de premiación de una secundaria de gobierno: Todos están nerviosos, asustados, desorganizados. Hay una absoluta falta de conocimiento acerca de la etiqueta. Y en general, la mayoría de los premiados parecían haber sido paridos por Fernando Sariñana: chavos buena onda, fresas, adinerados, alivianados y desfachatados que se dan baños de pueblo. La gente de cine demostrando que no sabe cómo comportarse frente a una cámara. Es ridículo.

2.- En la premiación más importante en México de cine, no saben manejar las cámaras, los tiros, los encuadres y desconocen absolutamente el significado de “montaje”. El director de cámaras sólo tenía dos encuadres en su estúpida cabecita: el abierto y el más abierto. Los cortes que mostraban partes de las películas nominadas, parecían haber sido hechas por chicos de servicio social de TV Mexiquense: sin el mayor cuidado, ni la mínima idea.

3.- Si no existe seriedad, no se puede aspirar a la credibilidad. Para empezar, hay una lista de más o menos diez películas hechas en el 2011 que ni siquiera estuvieron en las ternas. Qué emocionante puede ser, ver cuatro películas participando por todos los premios, para eso no es necesario una premiación sino una reunión de amigos en la Condesa. En segunda, anuncian el premio de "Mejores efectos especiales" que gana "Pastorela" y acto seguido, anuncian la terna a efectos especiales (Sí, de nuevo), sin hacer ninguna aclaración. Uno piensa: ya dieron ese premio. Pues resulta que no, participan los mismos cuatro, pero esta vez la gana "Salvando al soldado Pérez", como si quisieran justificar el gasto realizado en ese horrendo intento de película y queriendo, a como dé lugar, poner a Miguel Rodarte frente a los reflectores. Tercera, el presidente de la academia, Carlos Carrera no tiene la trayectoria, la importancia, la personalidad, ni los pantalones para llevar a cabo tal tarea. Desconozco administrativamente su labor, pero viendo la organización y la calidad de la entrega de premios, no parece irle muy bien. 

4.- La gente de cine se muestra en un evento donde es obvio que quien lo produjo, no sabe nada de iluminación, sonorización, ecualización y en general, nada acerca de la generación de un evento de tal magnitud o que debiera tener una importancia trascendental para el ambiente cultural mexicano. Se notaba una transmisión vieja en cuanto a los conceptos de cómo hacer televisión. Este tipo de producción aletargada, sosa, aburrida y lenta es propia de los cincuentas. No tuvieron ni la curiosidad de ver las muchas ceremonias de premiación gringas y copiarse (sí, copiarse, ya por lo menos) dos o tres conceptos, para hacer una transmisión dinámica y entretenida, además de moderna y a la altura, que se supone, debe tener un evento de tal envergadura. Alguien debiera decirles que estos eventos se hacen con varios meses de anticipación. Pero como siempre sucede en México, todo se deja para el último momento.

5.- Los Arieles nunca han tenido un valor realmente importante. Esto debido en gran medida a las instituciones fracturadas y corruptas que padecemos todos los mexicanos, excepto quienes ejercen dicha corrupción. También, debido a una lamentable comprensión de los conceptos. Se confunde lo mexicano con aquello que le pasa a los mexicanos. En el intento de ser artistas "comprometidos" con la realidad histórica o artistas de vanguardia, visión que proviene de una percepción aburguesada de la realidad, se pretenden encerrar las infinitas cualidades de lo mexicano, en un aspecto mínimo y parcial de lo que acontece en el país. No sé cuál es la intención de llevar todo hacia un pseudo-indigenismo y someterlo a lo que se mal entiende como folklor, cuando la realidad histórica contemporánea es otra por completo. Hablo de involucrar a todas las partes, no de excluir una parte. Lo único que provocan con esta visión puesta "abajo y a la izquierda", es la tendencia a hacer de todo (es decir, de lo mexicano), un panfleto.

Pretextos hay muchos, pero la realidad es que el cine y lo que está alrededor del cine, debiera ser su compromiso, su responsabilidad. Una comunidad artística cinematográfica no puede permitirse estas aberraciones, estos desaciertos de “pena ajena”, pero como versa el dicho: "casa de herrero, azadón de palo".

UN BREVE Y MORTAL SUEÑO

Novelas para el fin del mundo UN BREVE Y MORTAL SUEÑO (Antonio Mejía Ortiz, México 2019), nos conduce a un viaje a través del alma y la men...